China sigue enfrentando desafíos significativos en su intento por descarbonizar su producción de electricidad. A pesar de las políticas y esfuerzos implementados para aumentar la generación de energía renovable, el país continúa dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles, especialmente del carbón. Este artículo explora las razones detrás de esta dependencia y analiza el contraste con la producción hidroeléctrica.
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La realidad de la producción térmica en China
Entre enero y noviembre de 2024, la producción de electricidad térmica en China registró un crecimiento de 1,9%, alcanzando 5,74 millones de kilovatios hora (kWh), según datos del Bureau Nacional de Estadísticas. Esta producción depende principalmente del carbón, una fuente altamente contaminante que aún domina el panorama energético chino.
Esta realidad resalta una estructura energética que todavía está profundamente arraigada en los combustibles fósiles. Irónicamente, mientras se construyen más centrales solares y eólicas, no han logrado cubrir la creciente demanda energética derivada del rápido proceso de industrialización y urbanización.
Las cifras detrás de la producción eléctrica
Fuente de Energía | Producción en noviembre (mil millones de kWh) | Año completo (2024) % Crecimiento |
---|---|---|
Térmica | 749,5 | 0,9% |
Hidroeléctrica | 82,3 | 11,2% |
Total | 8,57 mil millones | 5% |
El incremento en la capacidad instalada de fuentes renovables ha estado observando un avance sólido, creciendo un 5% durante los primeros once meses del año, para llegar a 8,57 billones de kWh. Sin embargo, este aumento no ha sido suficiente para reducir significativamente la proporción de energía generada por plantas térmicas.
Contrastes y dificultades en la transición
La producción hidroeléctrica también revela una dinámica interesante pero contradictoria. Aunque vio una baja del 1,9% en noviembre, sumó un incremento sustancial del 11,2% en el total del año gracias a lluvias abundantes en verano. No obstante, su contribución relativa sigue siendo modesta comparada con las necesidades energéticas totales del país.
Adicionalmente, las estadísticas muestran una subestimación notable de las contribuciones provenientes de energías eólica y solar debido a criterios estadísticos que excluyen parte de la producción a pequeña escala.
Los retos hacia la neutralidad de carbono
El gobierno chino se ha comprometido a alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2060. Sin embargo, los números actuales indican que se requerirán ajustes mayores y estrategias adicionales para lograr esta meta. La relación entre el crecimiento industrial y urbano y la capacidad de adaptación de infraestructuras renovables representa un reto enorme.
Cabe destacar temas críticos como:
- El balance entre la expansión urbana e industrial versus la adopción de tecnologías limpias.
- La inversión necesaria en sectores renovables y almacenamiento de energía.
- Las políticas gubernamentales y regulaciones que incentiven la descarbonización sin afectar el progreso económico.
El papel del gobierno y la industria
Para abordar estos retos, el gobierno y la industria china necesitan trabajar en conjunto hacia una estrategia integral que permita un cambio gradual pero sostenido hacia una matriz energética más limpia. Esto incluye incentivar la investigación y desarrollo en nuevas tecnologías de energía renovable y establecer marcos regulatorios robustos que fomenten prácticas sostenibles.
En síntesis, aunque hay avances tangibles en la adopción de energías renovables, la ruta hacia un futuro sostenible en China enfrenta múltiples complejidades. Es necesario un enfoque holístico que combine crecimiento económico y conciencia ambiental para realmente reducir la dependencia en los combustibles fósiles y cumplir con los objetivos climáticos propuestos.